Del cuatro al siete del pasado abril nos desplazamos un equipo de técnicos del Cetmar, Consellería de Pesca, Escuelas Aixola y Mar de Vigo así como representantes de tres astilleros pertenecientes a la Asociación Gallega de Carpintería de Ribera.
Del cuatro al siete del pasado abril nos desplazamos un equipo de técnicos del Cetmar, Consellería de Pesca, Escuelas Aixola y Mar de Vigo así como representantes de tres astilleros pertenecientes a la Asociación Gallega de Carpintería de Ribera: Triñanes, Fra y Lagos a la Bretaña Francesa para la segunda reunión del proyecto WOOBTA.
WOOBTA es un proyecto Europeo que persigue la formación de la Wooden Boat Training Association en el que participan cuatro socios: Cetmar de España, Skeppsholmens folkhögskola de Suecia, Falmouth Marine School de Inglaterra y Les Ateliers de l´Enfer de Francia.
Durante tres días recorrimos los diversos astilleros, escuelas de carpintería y museos de una región muy bien conservada donde se respira espíritu marinero, asociacionismo, madera y conservación del patrimonio.
Bretaña me sorprendió por la amabilidad de sus gentes y en particular el equipo del Atelier de l´Enfer: Paul Robert, Michel Philippe y Yanick Boscher que se encargaron de hacer cumplir un apretado e interesante programa y de que nos sintiésemos como en casa.
Nos hospedamos en el sencillo y cómodo Hotel de France en la Calle Jean Jourés de Douarnenez. Visitamos las instalaciones de los Ateliers de l´Enfer donde Paul y Michel nos explicaron el funcionamiento de la asociación FRCPM Bretagne (Federación Regional por la Cultura y el Patrimonio Maritimo de Bretaña) y de la escuela taller de los Atelier de l´Enfer en sus tres especialidades: carpintería de ribera, tapiceria y veleria.
Después visitamos los tres astilleros del Port Rhu: Skellig donde estaban construyendo un langostero según lineas originales y en donde participaban voluntarios. El astillero Pleine Mer que trabajaba en varias restauraciones de pequeños barcos. Y por ultimo los astilleros de Ives Tanguy, 3ª generacion de constructores navales donde contemplamos la recuperación del bergantín nórdico “ANNA-ROSA” como proyecto museístico.
Al día siguiente visitamos el port-musée y sus barcos a flote. Tras una recepción en el Ayuntamiento de Douarnenez nos dirigimos al Liceo Jean Molin de Plouhinec que estaba dotado de unas instalaciones y maquinaria de primera.
Seguimos hasta Concarneau donde visitamos el Museo de la Pesca que lo califico simple y llanamente con un 10 por su perfecta disposició y por sus fieles y abundantes maquetas. Este museo es un “must go place” para cualquier arquitecto naval o constructor que quiera afrontar una restauración o construcción seria de una replica de un barco patrimonio histórico.
Finalmente una deliciosa cena en el restaurante La Croisiere de Concarneau y vuelta a Douarnenez.
Al día siguiente camino del aeropuerto nos desplazamos a Brest para visitar su puerto y los astilleros du Guip.
Para mi, los puntos culminantes de este viaje fueron: la navegacion en la chalupa sardinera “TELENN MOR”con Michel, circundando la Isla de Tristan y llegando hasta la entrada del puerto pesquero para finalmente volver al pantalán bolineando.
Y segundo la visita a los astilleros du Guip en Brest donde se respiraba calidad y detalle….como en los Astilleros Lagos de Vigo pero a lo grande. Montones de maderas de roble frances, teca , Acajou y sapeli bien estibados, secándose a la espera de convertirse en barco. A la par que castilletes de madera había multitud de viejos barcos, tesoros del patrimonio a la espera de su turno para ser renovados. Allí tuve una interesante e instructiva charla sobre el sector de la restauración de barcos con el directivo del astillero de Brest Yann Mauffret.
En nuestra tierra deberíamos ponernos de acuerdo, pronto, sobre lo que es patrimonio marítimo flotante para poder salvar lo poquito que aun queda y de alguna manera para poder guardar tributo a lo que se perdió irremediablemente. También habría que hacer estudios serios de las diversas tipologías de embarcaciones existentes a lo largo de los siglos en Galicia y fomentar a través del patrocinio, mecenazgo o esponsorización la construcción y gestión de replicas fieles. Del mismo modo y con la ayuda de la administración a través del I+D+i se podía favorecer la construcción de replicas “en el espíritu de la tradición”, esto es, formas originales pero construcción con técnicas modernas en madera que podrían ser una salida para las ya pocas carpinterías de ribera gallegas existentes.
Los astilleros por nuestra parte deberíamos aprovechar, cuando se recupere el mercado y aumente la demanda, la buena formación de los estudiantes de estas escuelas de carpintería. La motivación que supondría para sus estudiantes el realizar intercambios con escuelas de otros países y seguir un programa de aprendizaje eficaz en empresas del sector daría sus frutos tras un periodo de unos siete años generando los capaces carpinteros de ribera del futuro.
Alfredo Lagos Abarzuza